“Soy consciente de mis sentimientos, de modo que no soy mis sentimientos. ¿Quién soy yo? Me doy cuenta de mis pensamientos, de modo que no soy mis pensamientos. ¿Quién soy yo? Las nubes flotan en el cielo, los pensamientos flotan en la mente, los sentimientos flotan en el cuerpo y yo no soy nada de eso, porque puedo contemplarlo todo.
Puedo, además, dudar de la existencia de las nubes, puedo dudar de la existencia de los sentimientos y puedo poner en cuestión la existencia de los objetos de pensamiento, pero no puedo cuestionar la existencia, en este instante, del Testigo porque, aún en tal caso, sería el Testigo el que se diese cuenta de mi duda.
Yo no soy ninguno de los objetos de la naturaleza, de los sentimientos del cuerpo ni de los pensamientos de la mente, porque puedo darme cuenta de todos ellos. Yo soy el Testigo, la Apertura inmensa, espaciosa, vacía, pura y transparente que registra de forma parcial todo cuanto aparece, como el espejo que refleja naturalmente todos los objetos que desfilan ante él…..
Ahora mismo puedes sentir esa Gran Liberación porque, en el mismo instante en que descansas en la simple presencia de este momento, te liberas de la sofocante constricción de los meros objetos, de los meros sentimientos y de los meros pensamientos; todos ellos vienen y van, pero tú eres el inmenso, libre, vacío y abierto Testigo que los contempla sin verse afectado por sus tormentos y torturas.
Éste es, de hecho, el descubrimiento…..del yo divino puro, del Testigo sin forma, de la nada causal, de la inmensa Vacuidad en la que emerge la totalidad del mundo, permanece durante un tiempo y acaba desapareciendo. Y tú eres Eso. Tú no eres el cuerpo, el ego, la naturaleza, los pensamientos, esto o aquello, sino la inmensa Vacuidad, Libertad y Liberación.”
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